digital global solutions
4 oct 2021
La transición energética no es únicamente la ruta necesaria para construir una sociedad, e industria más amable con el planeta sino un camino lleno de oportunidades empresariales, que a día de hoy cobra importancia por la llegada por los Fondos Next Generation procedentes de la Unión Europea.
Están concebidos como un instrumento temporal para impulsar la recuperación tras la Covid-19 y a cargos de la propia UE como el mayor paquete de estímulo en forma de subvenciones directas. España obtendrá ayudas por valor de 140.000 millones de Euros de los cuales algo más del 50%, 72.000 millones, serán a fondo perdido, que irán llegando en diferentes partidas, de hecho, los Presupuesto Generales del Estado de este año, 2021, contemplan fondos por valor de 27.000 millones de euros, de los cuales 15.000 millones dependerán de la Administración central y el resto 12.000 de las Administraciones económicas.
La transformación energética que persiguen estos Fondos Next Generaration nace de un total de seis programas de incentivos como detalla el IDAE, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, destinados a conseguir un doble objetivo como son la tan demandada transición energética, la creación de 25.000 puestos de trabajo en el sector, así como una decidida apuesta por la transformación del sector energético y de su digitalización con iniciativas que tengan un efecto multiplicador. En definitiva, estos fondos suponen la oportunidad de implantar un nuevo modelo productivo, con capacidad de generar valor en de forma distribuida fundamentado en la inclusión de las nuevas tecnologías tanto en la oferta como en la demanda desde un punto sostenible y medioambiental.
De ahí que los Fondos Next Generation vengan a implementar procesos de inversión que sustituyan tecnologías e instalaciones y permitan la modernización de las mismas, dotándolas de flexibilidad, y capacidad de adaptación a un mundo 4.0. No olvidemos que el sector energético es uno de los mayores contribuyentes a la generación de gases de efecto invernadero, por lo que la utilización de recursos renovables en la producción de energía es imprescindible para avanzar en la lucha contra el llamado cambio climático.
Las energías renovables, además de disminuir las emisiones a la atmósfera, reducen la dependencia energética garantizando un suministro autóctono y seguro. Por todo ello, no sorprende que España esté potenciado su posición en este campo, afianzándose como uno de los 15 mayores consumidores de energías limpias del mundo.
Francisco Trejo Jiménez
Telentya Digital Global Solutions